Las monedas digitales o criptomonedas, como Bitcoin, están en boca de todos. A pesar de que llevan ya algunos años entre nosotros, ha sido en los últimos meses cuando han pasado de ser un extravagante artículo de inversión, a darse a conocer por el gran público. Así que vamos a dedicarle una serie de artículos para aclarar algunos mitos, y que todo el mundo comprenda en mayor o menor medida esta nueva tendencia en divisas.

¿En qué se basan?

La primera diferencia entre las divisas tradicionales y las criptomonedas es su origen. Mientras que las primeras tradicionalmente han estado respaldadas por medios materiales como el oro, en las segundas esto no es así. No hay nada físico que respalda a las criptomonedas: es un cambio radical.

Las criptomonedas, valga la redundancia, se respaldan en cálculos criptográficos. Es decir, hay una serie de operaciones matemáticas basadas en criptografía que han de ser resultas, y cada vez que alguien lo hace, recibe un bloque de éstas.

Historia del Bitcoin

Hasta ahora hemos hablado de las criptomonedas en general, así que vamos a pasar a hablar específicamente de la más conocida de todas, el Bitcoin. Surgió allá en 2009 de la mano de Satoshi Nakamoto (éste es solo su pseudónimo, aun no hay 100% seguridad de quién se trata) como un medio de pago del futuro para Internet.

En sus comienzos, cada Bitcoin no valía prácticamente nada, dado que era algo completamente novedoso y casi exclusivo de unos “cuantos frikis de Internet”. Sin embargo, a los pocos meses de su creación se comenzó la compra/venta de Bitcoins y por tanto, la equivalencia con divisas del mundo real. El cambio al comienzo era irrisorio, unos 8 céntimos de euro por cada Bitcoin, por lo que la gente lo tomó un poco a broma. Sin embargo, poco a poco comenzó a subir la cotización hasta llegar a los niveles de hoy: casi 4000€ por cada Bitcoin.

Es muy famoso el caso de la primera transacción de Bitcoins: un par de jóvenes compraron una pizza por Internet usando la criptomoneda. ¿El valor? Unos 25 dólares, que equivalían entonces a 10.000 Bitcoins. Estamos posiblemente ante la pizza más cara de la historia, ya que esa cantidad equivaldría hoy día a unos 40 millones de dólares. También es conocido es el caso de un joven noruego que compró allá por 2009 unos 30€ de Bitcoin por probar, y cuyo valor actualmente es de más de 1.5 millones de euros. ¡Una buena inversión, sí!

Características

El sistema está organizado de forma que se genere un número fijo de bitcoins por unidad de tiempo mediante unos ordenadores llamados “mineros”. Actualmente, ese número está fijado en 12,55 bitcoins cada diez minutos, aunque está programado de forma que se reduzca a la mitad cada aproximadamente 4 años. La producción se mantendrá hasta aproximadamente el año 2140, cuando se alcance el tope de 21 millones de unidades en circulación calculados desde un inicio. Actualmente se han descubierto algo más del 80% de los bloques de Bitcoin disponibles.

Sus principales características son:

  • Descentralizado. No hay ningún organismo central que controle el Bitcoin, ya que todos los participantes de la red son los que vigilan por la integridad de la misma y poseen una copia completa de todas las transacciones hasta la fecha.
  • Tamaño limitado. Como hemos indicado anteriormente, 21 millones es la cantidad máxima de Bitcoin que se puede llegar a descubrir.
  • Código Abierto. Todo el código que se usa para generar y descubrir los códigos es abierto y está al alcance de cualquiera. Una de las fuentes de confianza de las criptomonedas. Sin permiso: nadie puede impedir la participación en la red.
  • No Censura. No se puede limitar el acceso a ningún individuo a la red de Bitcoin. Esto es potencialmente peligroso, ya que se da pie a actividades poco lícitas.
  • Anónimo y Público. No se requiere ninguna identificación para participar en la red de Bitcoin, y todas las transacciones son públicas para todo el mundo.

Minado de Bitcoin

Dado que la cantidad de bitcoins que hay disponibles es limitada y que cada vez la recompensa por cada bloque es menor, es lógico pensar que la lucha por ser los más rápidos y reclamar ese bloque es encarnizada. Además, no hay forma de hacer trampa, ya que para calcular los nuevos bloques se necesita el resultado de los bloques anteriores. De esta manera, también ser previene que haya fraudes cambiando o eliminando bloques anteriores, ya que se detectaría fácilmente.

Así pues, hay una lucha por ver quien tiene más capacidad de computación, y dado que el precio del Bitcoin se está disparando de nuevo, hay gente que se monta “granjas” de dispositivos para conseguir la mayor cantidad de criptomonedas. Son dispositivos específicamente creados para este fin, ya que el costo de electricidad hace que usar ordenadores personales sea muy ineficiente. Aun así, hay gente que usa tarjetas gráficas de alta gama para esta función también.

Otras criptomonedas aparte de Bitcoin

Bitcoin no es la única criptomoneda que existe, y desde su creación ha habido multitud de clones que han intentado suplir las deficiencias que los desarrolladores han encontrado. Sin embargo, no todas ellas han sido un éxito, especialmente aquellas que no han incorporado ningún tipo de mejora o innovación al proceso.

Podemos nombrar algunas como Namecoin, LiteCoin, PeerCoin, pero normalmente siguen el mismo esquema que Bitcoin, aunque con variaciones. Actualmente existen cientos, así que no tiene ningún sentido hablar de todas ellas. Merece una excepción el Bitcoin Cash, que es un “fork” o división de la moneda original. Esto ocurre cuando en algún momento los desarrolladores no se pueden poner de acuerdo, y deciden dividirse. A partir de este punto, unos seguirán las nuevas reglas, y otros se quedarán con las antiguas.

Banco

Si queremos comprar divisas extranjeras, es tan sencillo como ir a nuestro banco, decir que queremos comprar cierta cantidad de dólares, y ¡listo! Sin embargo, para los Bitcoins eso no es tan fácil, ya que como vimos en el primer artículo, se trata de una moneda completamente descentralizada, por lo que no hay ningún organismo que la controle.

Sin embargo, hay algunos sitios en Internet donde compradores y vendedores de Bitcoin se reúnen para hacer transacciones. También hay empresas que se dedican a la compra/venta, y por último, se están empezando a instalar cajeros físicos donde podremos comprar y vender nuestros Bitcoins de manera sencilla.

Bueno, una vez que nos hemos animado a comprar algunos Bitcoins, que tenemos algo de dinero para gastar, y nos dirigimos a nuestro proveedor favorito de Bitcoins, nos damos cuenta de algo. ¿Y yo que obtengo? ¿Un billete? ¿Una moneda? No, nada de eso. También llamadas “monedas virtuales” porque no tienen ningún soporte físico que las respalde, ni siquiera simbólico como en el caso de las divisas normales. Todo se basa en los llamados “monederos”, que veremos en el siguiente punto.

Monederos

Principio de funcionamiento

Como comentábamos en el artículo anterior, los bitcoins se generan en bloques que quedan almacenados para la posteridad. Y estos bloques están asociados a la “persona” que los ha descubierto, es decir, su minero. Sin embargo, en cualquier momento esta persona puede cambiar la titularidad de esos bitcoins a cambio de dinero. Es aquí el momento donde nosotros los compramos.

El monedero en sí no tiene tampoco ninguna interpretación física, ya que es simplemente una dirección dentro de toda la cadena de Bitcoins (conjunto de todos los bloques) que nos pertenece y a donde podemos pedir que nos envíen Bitcoins.

Este monedero está creado mediante un algoritmo de clave pública/clave privada, por lo que es tan seguro como lo sea nuestra clave privada. Y es aquí donde debemos hacer bastante hincapié.

Posibilidades

Los monederos vienen en distintos formatos y posibilidades, de las más importantes vamos a destacar:

  • Monedero Software. Se trata de un software que se instala en nuestro ordenador, smartphone o Tablet, y genera este tipo de claves. Es de los más sencillos y también de los que menos seguridad ofrecen, a no ser que invirtamos tiempo en hacerlo seguro.
  • Monederos Online. Siguen un esquema similar a los anteriores, pero ahora todo está en la nube. Es decir, una empresa se dedica a almacenar los bitcoins por nosotros. El problema está en que son muy susceptibles de ser víctimas de ataques, como ha ocurrido en muchos casos.
  • Monederos físicos. En este caso, se trata de un dispositivo físico que genera una clave privada suficientemente segura para nuestra cartera. ¡No debemos nunca perderlo, o nuestros bitcoins se irán con él!

Seguridad de Bitcoin

Tal y como comentábamos, una cartera de Bitcoin es tan segura como lo sea su clave privada. Y aquí no estamos hablando de simples contraseñas que se pueden adivinar por fuerza bruta en cuestión de minutos. Estamos hablando de claves realmente complejas, que están formadas no por palabras, si no por frases.

Por ejemplo, una clave privada sería algo así como “caballo batería móvil fotografía lápiz monitor cartera Bitcoin”, una serie de palabras aleatorias que no guardan ninguna relación entre sí. De esta manera se añade mucha entropía que dificulta que alguien la averigüe. Normalmente para las claves se recomienda utilizar un mínimo de 12 palabras, mediante métodos totalmente aleatorios.

Por tanto, se desaconseja cualquier clave privada que haya sigo generada por un ordenador conectado a Internet, ya que siempre hay maneras de averiguarla. No se debe jamás almacenar nuestra clave en un formato digital, ya que existen virus informáticos que rastrean este tipo de información para hacerse con nuestros bitcoins.

En mi caso, yo utilizo un sistema de monedero “en frio”, es decir, en un sistema que jamás ha estado conectado a Internet. Se trata de un sistema operativo basado en Linux llamado “Tails”, instalado en un pendrive que ejecuto en mi ordenador desconectándolo totalmente de Internet. De esta manera, puedo estar algo más seguro que mi clave privada no está al alcance de nadie.

Conclusiones

El tema de la seguridad en las criptomonedas es como cualquier otro tema de seguridad: nunca podemos estar al 100% seguros. Así que tendremos que encontrar un punto medio donde la seguridad que obtengamos sea suficiente, y no sea un engorro en el día a día. A no ser que tengamos una cantidad importante de Bitcoins y llamemos la atención, con seguir una mínima seguridad no tendremos de que preocuparnos.

Eso sí, recordad siempre la volatilidad de este tipo de monedas a la hora de invertir en ellas, ya que, igual que suben como la espuma, se pueden desinflar como un globo, ¡o directamente explotar! ¡La seguridad de los Bitcoins que poseamos está siempre en nuestras manos, por lo que debemos tener cuidado con nuestra clave privada!

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