Buenas a todos! Pues antes de nada, perdonad (o mejor dicho, disfrutad del alivio) por no haber podido escribir últimamente mucho.  Realmente no ha habido mucho sobre lo que escribir, porque el tiempo no ha acompañado especialmente para ninguna actividad fuera de la rutina diaria. Tempus Fugit. A ver si mejora de nuevo el tiempo y retomo las actividades ;).

Pues tal día como hoy hace 6 meses, un 29 de Noviembre de 2012, se ponía el punto y final a un proceso que había comenzado unos meses atrás: la decisión de mudarme a Alemania. Comenzó con una llamada prometedora del que hoy es mi jefe a finales de Julio, se afianzó con una entrevista a comienzos de Septiembre y se decidió con una oferta algunas semanas más tarde. Y si os fijáis, no he usado el verbo pensar en ningún punto, porque tal y como me dijo una amiga «lo has decidido, pero no has pensado sobre ello». Y tenía mucha razón. Las cosas de vez en cuando no hay que pensarlas mucho, porque si no, no se hacen :).

Creo que es un buen momento para hacer un poco de balance y ver las cosas buenas y malas de estos primeros seis meses.

Balance Negativo

Vamos a empezar por las cosas malas, para que al terminar de leer el artículo os quedéis con un buen sabor de boca. Como todos sabéis, han habido un par de momentos durante estos seis meses en los que he deseado haber estado con mi familia con todas mis fuerzas, pero no ha podido ser. Podríamos decir que ese es el peor recuerdo que guardo de estos primeros seis meses. Luego como anécdotas podemos decir que a veces el tiempo no acompaña (sobre todo este año), que hay ciertas cosas que echo de menos de la comida española (como el Queso de Burgos), y he dicho el frío? jaja. Y como punto incómodo pero no necesariamente mala experiencia, el tiempo que tardé en encontrar piso, que aquí es prácticamente una odisea.

Balance Positivo

Como cosas buenas, un montón, una lista que es inmensa. Es una ciudad que me encanta, la calidad de vida aquí es bastante alta. Eso de poder ir bicicleta a prácticamente todos los sitios es algo que me apasiona. El hecho de poder ir en menos de 10 minutos a tres sitios tan fantásticos como Nymphenburg, Olympiapark o Englischer garten, simplemente no tiene precio. Por otro lado, el trabajo me está resultando de lo más estimulante. Tengo libertad para hacer y deshacer a voluntad, para tomar las decisiones que crea convenientes y poder tener luego el reconocimiento de un trabajo bien hecho.

Aunque para algunos el reto del idioma pudiera resultar un punto negativo, es algo que me está encantando. Siempre había tenido una curiosidad inmensa por aprender alemán, me parecía algo críptico y completamente imposible, pero a día de hoy ya soy capaz de entender lo que me dicen y hacerme entender de forma muy básica. Es una satisfacción enorme poder añadir otro idoma a la lista.

Así que haciendo un balance general, la sensación que me dejan estos primeros seis meses es bastante buena. Es un sentimiento creciente en mí, que me dice que tomé la decisión acertada. Salir de mi zona de confort es de las mejores cosas que me ha pasado en estos últimos años. Tempus Fugit. Por que como siempre digo:

La vida comienza donde termina tu zona de confort

Y vosotros, os atrevéis a salir de ella? Porque recordad: Tempus Fugit.

Tempus Fugit

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