En el artículo de hoy volvemos a retomar los temas de seguridad informática: las VPN. Un aspecto que mucha gente simplemente ignora y no se toma en serio hasta que algo grave ocurre. Uno de estos peligros es el robo de identidad online, es decir, que alguien se hace pasar por nosotros en la red. Si bien esto podría parecer inocuo, puede llegar a ser realmente peligroso si la persona decide usar nuestra persona para cometer fraudes o ilegalidades.

España es el líder de la Unión Europea en robos de identidad online, y durante los últimos 12 meses, la friolera del 7% de los navegantes han sido víctimas de esta práctica. Hay muchas formas de evitarla, y en el artículo de hoy hablaremos de las Redes Privadas Virtuales y como nos pueden ayudar.

¿Qué es?

Si recordáis de artículos anteriores, hablábamos de distintos tipos de redes locales. Estaban compuestas por todos los equipos conectados a una misma red a través de cable, WiFi. Ahora bien, hay un método más para formar parte de una red local: una red privada virtual. En este modo, los equipos no se encuentran físicamente donde esté la red, pero mediante una serie de protocolos, forman parte de ella de una forma “virtual”.

Hay dos modos de acceso principalmente: cuando un equipo se conecta a una red de forma remota, y cuando dos redes locales se unen para formar una red más grande. Un ejemplo del primer caso sería, por ejemplo, un empleado que se conecta a la red local del trabajo cuando trabaja desde casa. Un ejemplo del segundo caso sería, dos sedes de la misma empresa que están en países distintos y quieren tener una única red “local”.

Una propiedad de este tipo de redes radica en la palabra “privada” de VPN, ya que las comunicaciones están encriptadas en ambos extremos. Esto significa que si alguien intenta espiar nuestro tráfico solo verá un flujo de datos encriptados sin ningún sentido.

Usos de una VPN

Bueno, y ¿esto cómo me ayuda para mi seguridad? Es lo que muchos os podéis preguntar ahora mismo. La repuesta es muy sencilla: cada vez que nos conectamos a una red inalámbrica que no conocemos, estamos abriendo nuestro dispositivo a cualquiera que esté en esa red. Todos hemos hecho esto: al llegar a un centro comercial, a un aeropuerto, a un restaurante… lo primero que se mira es si hay “WiFi gratis”.

Como hemos dicho, al conectarnos a una red pública, cualquiera que tenga un mínimo de conocimientos puede obtener todo tipo de datos sobre nosotros: correos electrónicos, contraseñas, redes sociales. Básicamente es jugar a la ruleta rusa con nuestra identidad online.

Sin embargo, si en lugar de acceder a la red gratuita directamente, nos conectamos a través de una VPN, cualquier atacante que quiera hacerse con nuestra identidad solo verá un montón de datos sin pies ni cabeza.

Además de incrementar nuestra seguridad, otra ventaja de usar VPNs es enmascarar nuestra localización. Por ejemplo, si nos conectamos a una red que esté en otro país, a todos los efectos nuestro dispositivo estará en ese país. Esto nos permitirá acceder a contenidos multimedia que solo estén disponibles para los habitantes de esa región.

Tipos de VPN

Una vez que estamos convencidos de la necesidad de una VPN, ¿qué tipos hay y como consigo uno? Existen dos grandes opciones: o bien la creamos nosotros mismos con nuestra red local de casa, o contratamos un servicio.

  • Propia. Es quizá la opción más complicada, pero la más económica. Para esto necesitamos instalar un servidor de VPN (OpenVPN) en algún equipo de nuestra red. Por ejemplo, si tenemos un NAS, es el candidato idóneo. Luego en nuestro equipo remoto (teléfono, portátil) instalamos un cliente de VPN y accedemos.
  • Servicio. En lugar de hacer nosotros todo el trabajo, vamos a una empresa que nos ofrezca una VPN: las hay gratuitas y de pago. Tenemos que tener mucho cuidado con la primera opción ya que los servicios gratuitos siempre tienen una letra pequeña que incluye venta de paquetes de datos al mejor postor. Los de pago ofrecen muchas más posibilidades y se pueden encontrar desde algunos euros al mes.

Conclusiones

Redes privadas virtuales las hay casi de todos los colores, opciones y precios. Creemos que merece la pena invertir un poco de tiempo o dinero, y asegurarnos que nuestros datos están seguros cuando navegamos en aguas desconocidas. Siempre es muy apetecible usar una WiFi gratuita cuando estamos fuera de casa para ahorrar nuestros planes de datos, pero hay que recordar siempre los riesgos que ello conlleva.

No olvidemos que este tipo de ataques no suelen ser dirigidos, si no que los atacantes escanean para ver a quién pueden atacar. Así que todos somos potenciales víctimas de este tipo de cibercrimen.

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