En el artículo de este mes vamos a tratar un tema al que me gusta dedicar tiempo de vez en cuando. Se trata de la seguridad informática: ¿cómo de seguras son nuestras contraseñas? Y ante todo, ¿usamos algún tipo de gestor de contraseñas para que no se nos olviden?
Todos usamos servicios en línea, correos electrónicos, redes sociales. Cada una de ellas tiene una contraseña, y es el equivalente a la llave de una puerta. A nadie se le ocurriría tener una llave que pudiese abrir tanto el coche, como la casa, el trabajo, el buzón… Pues eso ocurre con muchísima frecuencia en el mundo digital.
De hecho, cada año se realizan listas con las contraseñas más comunes, y siempre, en el top 10 hay ejemplos como “12345678”, “abcd”, “password”… Lo cual desde el punto de vista de la seguridad informática es una aberración: necesitamos contraseñas más seguras.
Con las capacidades actuales de fuerza bruta, una contraseña de 7 caracteres se descifra en menos de un segundo. Si añadimos dos caracteres a ésta, pasamos a algo más de 5 días, y si añadimos otros dos caracteres hasta un total de 11, sobrepasamos los 10 años. Moraleja: es mejor tener contraseñas largas que contraseñas complejas.
Por ejemplo, es mejor tener “mi perro es verde” de 17 caracteres contando espacios que “3xB!#” de 5 caracteres. La primera tardaríamos millones de años en descubrirla, mientras que la segunda en menos de un milisegundo estaría al descubierto.
En un mundo ideal, deberíamos tener para cada servicio en Internet una contraseña de al menos 10 caracteres de longitud. Y acordarnos de todas ellas… Pero está claro que no está al alcance de mucha gente, y especialmente de aquellos que no nos acordamos de que hemos almorzado ese mismo día.
Para ayudarnos en la tarea, hay diferentes opciones. La primera de ellas, y la menos aconsejable, es usar el que viene integrado en Google Chrome. Es muy cómodo de usar, se acuerda automáticamente de todas nuestras contraseñas, no tenemos que hacer nada. Todo ventajas, y un gran inconveniente: está todo almacenado de una de las mayores corporaciones del mundo, y que ya sabemos que usa esos datos para su propio beneficio.
La segunda es un gestor de contraseñas: este se encarga de generar contraseñas seguras, las tendremos almacenadas en un sitio central que nosotros elegimos, y el cual está encriptado con una contraseña maestra. Es muy importante que esta contraseña sea también muy segura y que jamás la usemos en ningún otro servicio. De nada sirve todo esto, si encriptamos nuestras contraseñas complejas con “1234”.
Entre las opciones más famosas de gestores de contraseñas, podemos mencionar:
Aunque pudiera parecer que esto está reservado a los gurús de la informática, es una práctica que todo el mundo debería, al menos, conocer. Hoy en día dependemos mucho de los recursos informáticos y servicios en línea que no está de más añadir una capa extra de seguridad. Como siempre, se puede profundizar en este tema como queramos. Todo depende del tiempo que queramos dedicarle.
Ingeniero de Telecomunicación de profesión, emigrante por necesidad y geek en mi tiempo libre. Desde 2012 redactor en Un Geek en Múnich, donde intento compartir mis experiencias con todos aquellos a los que les pueda interesar. También desde 2012 colaborador en la revista Todo de Vélez-Málaga, desde donde divulgo noticias de tecnología para el público en general.
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