Introducción

En el mundo en el que vivimos, el uso de algun tipo de conexión a internet está ampliamente normalizado. Incluso mi madre, con cerca de 80 años, usa regularmente Internet para hacer videoconferencias con los que no tenemos la suerte de vivir cerca. Se ha convertido en un servicio corriente más, como puede ser la electricidad, el agua o el teléfono. En esta serie de artículo vamos a ver un poco cómo funciona, que es lo que necesitamos saber cuándo contratemos nuestro próximo servicio, ya sea fijo o móvil, y los diferentes tipos de conexiones que hay.

Un poco de culturilla

Antes de nada, siempre es bueno recalcar algunos conceptos sobre Internet que se comentarán a lo largo del artículo. Así podremos entender la importancia de cada uno de los parámetros en los que prestar más atención:

  • Velocidad. Este es el parámetro más importante pues determina cómo de rápido será nuestra conexión a Internet. Se mide en Megabits por segundo (Mbps) y depende de la tecnología que usemos variará enormemente. Desde los 0,056 Mbps de las conexiones usando módems en la línea telefónica hasta los 400 Mbps de la fibra óptica: más velocidad es mejor.
  • Latencia. Este es el gran olvidado en cuanto contratamos un servicio de Internet, salvo que seamos jugones, ¡por supuesto! Nos indica cuanto tiempo tarda una unidad de información entre el ordenador de casa y el servidor. Se mide en milisegundos (ms) y para las conexiones más modernas de fibra óptica puede llegar a ser de un par de milisegundos. Así que, a menor latencia, el servidor se comunica más frecuentemente y la velocidad de interacción es mejor: menor latencia es mejor. Para entender estos dos conceptos relacionados, hay que imaginar una carretera. Aquí, el número de carriles sería nuestra velocidad de conexión, y el tiempo que tardan los coches en recorrer la carretera, nuestra latencia. Así pues, de nada sirve tener una autovía de 8 carriles, si los coches tardan dos horas en llegar de un punto a otro. El flujo neto de información entre los dos puntos será muy bajo. Lo ideal sería tener una autovía de muchos carriles, donde los coches fueran muy rápido, creando un flujo real de información entre los dos puntos.
  • Bits y Bytes. A muchos nos ha pasado lo siguiente: contratamos un flamante servicio de Internet que nos ofrece “¡100 megas!”. Sin embargo, cuando nos ponemos en el ordenador vemos que las descargas, con suerte, llegan a los 10 o 11 megas. Es normal sentirse estafado, estamos disfrutando de un 10% de lo que estamos pagando. Lamentablemente, no es cierto, ya que estamos hablando de distintos tipos de megas: unos son megabytes y otros megabits. Sin entrar en muchos tecnicismos, un byte son 8 bits. Así pues, 1 Megabyte son 8 Megabits, por lo que nuestra flamante conexión de 100 Megabits por segundo se convierte en una de 12,5 Megabytes por segundo, que no está tan mal.

Resumen: ¡No os fijéis solamente en los megas!

Un poco de historia

Internet comenzó hace ya bastantes años, allá por los 70, como una forma de conectar los primitivos ordenadores entre sí. Principalmente por motivos militares y científicos en su comienzo, pero que poco a poco empezó a abarcar mucho más contenido. Sin embargo, no fue hasta la década de los 90 con la creación del WWW (World Wide Web, red mundial) cuando llegó finalmente hasta los hogares.

Sin embargo, no es el objetivo de este artículo explicar toda la historia de Internet, ya que se necesitaría una serie propia de cientos de artículos para poder llegar al detalle que se merece. Solo se ha descrito para tener un marco de referencia para entender el tipo de conexiones con las que se empezó a usar Internet.

Conexión por módem.

Durante muchos años la única red de telecomunicaciones disponible fue la telefónica. Por lo tanto, había que utilizarla para conectar dos equipos que se encontraran a bastante distancia. Se utilizaba un dispositivo llamado modem, forma contraída de modulador/demodulador), que básicamente hacía eso: convertía la señal digital del ordenador en una forma compatible con la línea telefónica.

Poco a poco la tecnología fue mejorando y las velocidades aumentando. De las primeras conexiones a pocos kilobits por segundo, se llegó a un límite de 56 kbps, todo un avance para la época, pero que está totalmente desfasado hoy en día. Además, teníamos el problema de tener que bloquear la línea de teléfono cada vez que queríamos usar nuestra conexión a Internet, cosa que no siempre era posible.

Conexiones Fijas

Las conexiones a Internet fijas son las que como su nombre indica, están fijas en una localización. Es el tipo de conexiones que buscaremos si estamos interesados en contratar Internet para nuestra casa, por ejemplo. Hay varias tecnologías disponibles actualmente, y citaremos las más importantes. De esta manera podréis elegir cuál es la que mejor se adapta a vuestras necesidades. Hoy en día, hay muchas formas distintas de conectar a la “red de redes”, como se llama comúnmente a Internet. Hay conexiones fijas, móviles, limitadas, ilimitadas, de todos los colores, compañías y formas.

xDSL

Su nombre viene del inglés, Digital Subscriber Line (línea de subscripción digital), y es la evolución natural de la conexión a través de modem. Aquí se sigue usando la línea telefónica, pero ya no necesitamos tenerla ocupada mientras se produce la conexión. Esto es posible debido a que usan frecuencias mucho más altas que las necesarias para la voz humana, de forma que ambas señales pueden coexistir sin problemas, usando los filtros adecuados.

Es posiblemente la forma más popular de conexión a Internet, ya que ofrece velocidades relativamente grandes a un coste bastante asequible. Las primeras conexiones DSL empezaron en el rango de velocidades que los modem ofrecían, pero con la promesa de llegar mucho más allá. De hecho, hoy en día no es raro encontrar líneas VDSL llegando a los 100 Mbps.

Cable

En ciertas zonas, la distribución de señales de televisión se ha hecho mediante cable, permitiendo el despliegue de una red propia paralela a la telefónica. No tardó mucho el mercado de las telecomunicaciones en hacer uso de esta red para ofrecer a sus suscriptores conexiones a Internet con una calidad y velocidad mayores a las disponibles en la época mediante otros métodos más rudimentarios. Actualmente se ofertan líneas de cable con velocidades de hasta 400 Mbps con baja latencia, que suelen estar combinadas con paquetes de televisión y telefonía.

Fibra óptica

La fibra óptica es actualmente la joya de la corona: prescindimos totalmente del par de cobre de la red de telefonía tradicional y lo sustituimos por un cable de fibra óptica. Aquí es muy importante distinguir la tecnología empleada, ya que las compañías a veces nos venden gato por liebre. Hay que distinguir:

  • FTTN: “Fibra hasta el nodo”. La fibra óptica llega hasta el nodo de la red que esté cerca de casa. El resto es cable normal de cobre.
  • FTTC: “Fibra hasta la acera”. La fibra óptica llega hasta un punto que abastece a varios edificios, con lo que mejoramos ligeramente.
  • FTTB: “Fibra hasta el edificio”. La fibra óptica llega hasta nuestro edificio y desde aquí se distribuye a los pisos mediante cables estándar.
  • FTTH: “Fibra hasta el hogar”. La fibra óptica llega hasta nuestro router, por lo que se prescinde completamente de cualquier cable de cobre.

Actualmente hay ofertas comerciales de 400 Mbps simétricos (tanto subida como bajada), combinadas con telefonía y televisión. El límite al que pueden llegar este tipo de conexiones está aún lejos, ya que hay experimentos para sobrepasar los 100 Gbps. Cabe destacar que la latencia de este tipo de conexiones es muy baja, por lo que son ideales para juegos online.

WiMAX

Este tipo de conexión es un poco ambigua, ya que se trata de un acceso a través de ondas electromagnéticas y podría englobarse dentro de las conexiones móviles. Sin embargo, su uso es primordialmente estacionario como reemplazo para la “última milla” de la red: una alternativa al acceso mediante red telefónica estándar o cable, pensado para aquellos que viven en orografías más accidentadas.

De esta forma, los usuarios que no disponen acceso a ninguna red de telecomunicaciones pueden disfrutar de una conexión a Internet de banda ancha, donde la latencia no es excesivamente alta. Sin embargo, al ser una conexión inalámbrica, sus características varían sustancialmente con las condiciones climatológicas.

Conexión a Internet Móvil

Hoy en día casi todo el mundo dispone de un teléfono o dispositivo que se conecta a la red de redes de forma inalámbrica. Muchas veces no sabemos muy bien cómo funciona esta tecnología y cuáles son las opciones que disponemos.

Wireless LAN

Esta es posiblemente una de las más conocidas formas de acceder a Internet de forma inalámbrica. Sin embargo, no es de forma estricta una manera de acceder a Internet, si no solamente un puente inalámbrico hasta nuestra conexión real a Internet: Cable o DSL. Es por esto, por lo que cuando nos alejamos mucho de nuestro router, la conexión deja de funcionar.

A pesar de esto, hay algunos factores que siempre conviene tener en cuenta para elegir, bien sea nuestro router, o bien nuestro dispositivo. Está regulado por el estándar 802.11 del IEEE cuya revisión más reciente es 802.11ac, así que, si nuestro dispositivo ya soporta dicha revisión, nos valdrá durante más tiempo. Si no es así, debemos fijarnos que al menos soporte la versión anterior: 802.11n.

Aquí hay dos bandas principales, la de 2.4 GHz y la de 5 GHz. La primera tiene menos ancho de banda, y por tanto hay más riesgo de saturación con las redes inalámbricas de los vecinos. La segunda, sin embargo, soporta muchos más usuarios de forma simultánea y mayor velocidad; sin embargo, la señal móvil no tiene tanta penetración en paredes y obstáculos.

2G

A pesar de tener más de 25 años, este tipo de conexiones sigue aún presente en todos los terminales del mercado. También se conoce como GSM, y es la segunda generación de conexiones móviles. En principio solo estaba disponible para realizar llamadas de voz y mensajes cortos (SMS), pero extensiones al estándar permitieron la conexión de datos. En los móviles actuales se puede reconocer cuando en el icono de cobertura hay escrita una G (GPRS), o una E (Edge).

En cuanto a velocidades, la segunda generación está muy limitada y llega a ser muy tedioso su uso con el tamaño de los servicios que usamos. Para que os hagáis una idea, es la velocidad a la que nos limitan una vez nos pasamos de nuestro volumen de datos. 

3G

A finales de los 90, llegó la siguiente evolución en conexiones móviles. Aunque siendo sinceros, más que una evolución, supuso una revolución en muchos aspectos. Las velocidades aumentaron de forma sustancial, llegando en la primera iteración del estándar a duplicar lo que la segunda generación nos ofrecía. Más adelante, la inclusión de nuevas modulaciones permitió alcanzar velocidades de más de 7 Mbps, y finalmente, 21 Mbps.

Estamos pues, ante el momento donde las conexiones móviles se equiparan en velocidad a las conexiones fijas, permitiendo la existencia de los conocidos Smartphones. Aquí los usuarios ya tenían la posibilidad de usar de forma totalmente funcional su conexión a Internet, incluso hacer videoconferencias y video bajo demanda.

Para diferenciar en cuál de los modos 3G, hay que, de nuevo, fijarse en el logo de nuestra cobertura: Si vemos escrito 3G, estamos ante la velocidad más lenta; si vemos H o H+, es el modo HSPA donde podemos alcanzar hasta 21 Mbps.

4G

La llegada de móviles de alta definición (incluso 4K), el auge del video bajo demanda de la mano de empresas como Netflix, ha propiciado la necesidad de incrementar nuestras velocidades de conexión. Puede parecer que una velocidad de 21 Mbps es suficiente para un dispositivo móvil, cosa que 10 años atrás era poco más que ciencia ficción, pero nada más lejos de la realidad.

Para eso se desarrolló el estándar de cuarta generación, llamado LTE (Long Term Evolution). Aquí partimos desde una velocidad límite de 50 Mbps, aunque si bien es cierto que no todas las compañías ofrecen esa velocidad. Por supuesto, hay en marcha ya una nueva revisión del estándar LTE, llamada “LTE-Advanced” que nos ofrecerá en teoría velocidades de hasta 1000 Mbps, similar a una conexión de fibra óptica fija.

Aquí cabe remarcar un dato muy importante para todos aquellos que compren móviles en el extranjero: para la cuarta generación, hay bandas específicas que sólo funcionan en ciertas regiones. Por tanto, es muy importante que a la hora de comprar un teléfono fuera, nos cercioremos que la banda que nuestro proveedor usa está soportada. Si no es así, tendremos un móvil LTE pero que sólo puede funcionar en modo 3G.

Conexión a Internet: El Futuro.

Vivimos en un mundo que poco a poco está adoptando una cultura completamente conectada: el Internet de las Cosas (IOT) está aquí para quedarse, y eso significa cientos de millones de dispositivos adicionales conectados a Internet. Además, las calidades de video se están incrementando, hemos pasado del Full HD a la resolución 4K, y su evolución, 8K, también empieza a asomar la cabeza. A pesar de los nuevos formatos de compresión de video, estamos hablando de un incremento sustancial del ancho de banda necesario para soportar este tipo de comunicaciones.

Por lo tanto, la conexión a Internet tiene que evolucionar de forma adecuada para dar cabida a esta demanda, que ya no sólo se centra en la velocidad, si no también en una latencia adecuada. De esta manera, se prepara la llegada a las interacciones en Tiempo Real, Realidad Virtual y demás servicios que parecen casi de ciencia ficción.

5G, el Futuro de la conexión a Internet móvil

Si habéis estado atentos a las noticias del último congreso móvil de Barcelona, se ha hablado mucho de la siguiente evolución de conexiones móviles: la quinta generación o 5G. No solo se trata de una mejora en la velocidad de conexión sobre la existente red de 4G, si no una mejora en muchos más aspectos.

El primero de ellos es, obviamente, la velocidad. Las redes actuales 4G están limitadas a unos 300 Mbps (aunque soportan más velocidad), y la nueva red 5G promete velocidades de hasta 10.000 Mbps. Esto abre la puerta a otro mundo de posibilidades que estaban bastante limitadas con las redes actuales.

Se trata de una red mucho más inteligente a la hora de gestionar los recursos, por lo que se reducirá el consumo de energía y se permitirán muchos más usuarios simultáneamente. Esto no quiere decir que haya mucha más gente con teléfonos móviles 5G; permite la entrada de tecnologías como IoT (Internet de las cosas) y realidad virtual a gran escala.

Vivimos en un mundo cada vez más conectado: nuestro móvil es nuestro asistente, nuestros coches se empiezan a conducir solos, nuestra casa estará repleta de domótica: incluso nuestra ropa estará conectada. Tal cantidad de información necesitará un ancho de banda suficiente para no colapsar la red actual: ¡bienvenido seas 5G!

Starlink, el Internet de Elon Musk

El lanzamiento del cohete Heavy Falcon de la compañía SpaceX, fundada por el archiconocido Elon Musk, ha supuesto un hito enorme en la próxima carrera espacial. Si bien puede parecer que este hecho no tiene mucha relación con la temática habitual de Un Geek en Múnich, estáis bien equivocados. Cierto es que es de más relevancia para la industria aeronáutica y aeroespacial, pero el siguiente paso en el plan del Señor Musk pasa por algo que cada uno de nosotros utilizamos habitualmente: Internet.

El hecho de usar cohetes reutilizables Falcon 9 para poner en órbita satélites de todo tipo, hace que el coste de esta operación se reduzca drásticamente. De esta manera, permite a países con recursos más modestos disponer de satélites en órbita. Además, la empresa SpaceX se reserva el derecho de poder añadir más carga a dichos lanzamientos, por lo que poner su propio material en órbita les supone prácticamente coste cero.

Es así como Elon Musk plantea crear una red de 4000 satélites con los que dar cobertura de Internet a todo el mundo. ¿Velocidad? Tres veces la conexión a Internet más rápida que hay ahora mismo disponible en Fibra Óptica en España. ¿Precio? Aún no se sabe, pero se espera que sea de bajo coste, asequible para la mayor parte de la población. Con los ingresos que se espera de esta nueva compañía, Elon Musk pretende financiar parte de su carrera espacial a Marte. ¿Cuándo? A finales de febrero de 2018 se empezarán a lanzar los satélites, y se espera que para mediados/finales de 2019 esté operativa la red.

Conclusiones

Con este artículo espero que hayan quedado un poco más claros conceptos que normalmente se usan de forma errónea, y que haya servido también para vislumbrar un poco el futuro tan apasionante que nos depara el mundo de la conexión a internet. No es para esperar menos, ya que en 20 años hemos pasado de transmitir texto a velocidades irrisorias de modem a poder ver películas en ultra alta definición (4K), directamente bajo demanda, sin tener que descargar nada. ¿Alguno puede imaginar dónde estaremos en otros 20 años?

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