Buenas Geeks! En la entrada de hoy visitamos una de las ciudades más típicas para visitar cuando vivimos en Múnich. A pesar de estar ya en territorio austríaco, se encuentra muy cerca de la frontera con Alemania. Esto la hace perfecta para excursiones durante el fin de semana. Sí, como no, me estoy refiriendo a Salzburgo. La ciudad en sí no es excesivamente grande, por lo que en un día podemos ver la mayor parte. Para todos aquellos que sea apasionados a la música, seguramente ya sabrán que la ciudad vio nacer a uno de los grandes: Wolfgang Amadeus Mozart, y se pueden visitar diferentes localizaciones relacionadas con este tema.

Una curiosidad sobre Salzburgo: es una de las principales localizaciones donde se grabó la película de 1965 Sonrisas y Lágrimas, o conocida en el resto del mundo como The Sound of Music. Si bien la película no está excesivamente bien vista entre los austríacos, es todo un fenómeno que atrae a visitantes de todo el mundo. Dado que mi mujer es fan incondicional de la película y de Julie Andrews, no se puede visitar Salzburgo sin ir a los sitios más importantes. Hay unos cuantos tours organizados que llevan por todos los sitios emblemáticos de la película, pero nosotros queríamos hacer nuestra propia versión del tour, a nuestro ritmo y sin prisas. Usando Google un poco, se pueden encontrar mil ideas para tours, como por ejemplo: http://www.bigboytravel.com/europe/austria/salzburg/soundofmusicfilmlocations

Cómo llegar a Salzburg

Así que aprovechando de nuevo el Bayern Ticket nos encaminamos hacia Salzburgo. Para aquellos que no lo recuerden, con el Bayern Ticket se puede viajar dentro de toda Baviera (incluida Salzburgo, aunque esté en Austria) durante un día usando los trenes regionales por un precio muy reducido: 25 € para una persona, y 8 € adicionales por cada persona extra (precios actualizados a 2021). Es decir, que si vamos 3 personas nos sale a cada uno por algo más de 13 €. Hay que destacar que la comunicación por tren entre Múnich y Salzburgo es bastante buena, y cada hora podemos encontrar un tren que en algo menos de 2 horas nos lleva hasta nuestro destino.

Lo primero que recomiendo tras llegar a Salzburgo es ir derechos a la oficina de información. Se puede sacar la tarjeta de Salzburg, que por 29€ tienes acceso a todos los museos y monumentos de la ciudad, así como transporte público gratuito. Si pensáis entrar y visitar el máximo número de cosas posible… no os lo penséis dos veces.

Qué ver en Salzburgo

Obviamente, la ciudad la podéis visitar en el orden que prefiráis, pero os voy a dejar un itinerario que cubre lo más importante, y es el que uso cuando alguien viene de visita. Desde la estación de tren, nos dirigimos hacia el sur, y lo primero que nos encontramos es Mirabellgarten, un pequeño parque con unas vistas bastante bonitas del resto de la ciudad y de la fortaleza:

Desde aquí, nuestra primera visita es la casa de Mozart: con la tarjeta de Salzburg la entrada es gratis. Se puede coger un audioguía en inglés que explica los diferentes objetos y cuadros que había en el museo. Sin embargo, pronto descubrirás que la audioguía no era una buena idea: se tardan horas en recorrer el primer museo! Así que mi recomendación, es leer los textos y contemplar los cuadros. Es curioso como muchos de los retratos que popularmente se cree que son de Mozart no muestran realmente al compositor. Parte del recorrido de este museo es para clarificar esta parte de la vida de Mozart.

Casco antiguo de Salzburg

Desde aquí cruzamos el rio y nos dirigimos al museo de lo moderno de Salzburgo. Se puede coger un ascensor que nos lleva a lo alto del Mönchsberg, montaña donde está situada la fortaleza de Hohensalzburg que domina toda la ciudad. Desde lo alto del ascensor se pueden tomar unas panorámicas muy buenas de todo el casco antiguo y de la fortaleza. Seguimos nuestro recorrido a pie de calle, rodeando toda la ladera de la montaña hasta llegar a la Kapitelplatz, situada justo detrás de la catedral y en cuyo centro se encuentra la inmensa esfera dorada con el hombrecillo en todo lo alto.

Desde la Festungsgasse se puede coger un funicular que en aproximadamente un minuto te lleva hasta lo alto de la fortaleza. Como punto curioso, si tienes la Salzburg card, a parte de ser gratis, no tienes que hacer cola. Simplemente pasas por un lector y te puedes meter dentro. El funicular es bastante moderno, cómodo y con una pendiente bastante grande. En ningún momento da sensación de vértigo, pero las vistas son impresionantes.

Festung Hohensalzburg

Arriba en la fortaleza, hay dos grandes grupos de vistas que realizar: las torres de defensa y las salas interiores. Pero antes de entrar, una visita obligatoria para contemplar las magníficas vistas. Por un lado se ve la ciudad de Salzburgo y por el otro los imponentes Alpes. Lástima que el día no acompañara y no se pudiera contemplar en toda su magnitud, pero es una vista que deja huella.

La visita de las salas interiores está bastante bien y nos cuentan la historia de la Forteleza de Salzburgo (Festung Hohensalzburg). Cuenta con aproximadamente 1.000 años de vida, y nunca nadie ha sido capaz de conquistarla por completo: estamos a una fortifcación inexpugnable!. También la visita nos muestra una nutrida colección de vasijas, monedas y utensilios de las distintas épocas, así como una sala dedicada a la tortura. Como nota curiosa, una de las salas es una exposición de marionetas, donde se puede ver a través de una claraboya en el suelo una sala llena de dinero y monedas!

Al salir de la primera visita de la fortaleza se puede contemplar cómo la gente se había multiplicado y las colas eran kilométricas. Intentamos acceder a la parte de la torre de defensa, pero la monumental cola que había que esperar nos disuadió. Como consejo, si podéis ir temprano, mejor, que luego las colas y la aglomeración de gente no son compañeros de una buena visita.

Así que para complementar la visita a la fortaleza, la bajada la haríamos a pie para poder tener unas vistas impresionantes de la ciudad. Como ya era la hora de comer española (2.00pm), paramos a retomar fuerzas para poder continuar con la última parte de nuestra visita.

Catedral de Salzburgo

Ahora tocaba la parte de las iglesias y museos. Desde aquí nos dirigimos hacia la Iglesia Franciscana, pero estaba cerrada por reformas, así que pasamos a la siguiente: la catedral de Salzburgo. Es una impresionante construcción que domina toda la parte antigua de la ciudad.

Y ya para finalizar nuestra visita a Salzburgo, hicimos un breve recorrido por el museo de la ciudad de Salzburgo y el Panorama Museum. Aquí podemos observar un recorrido por la historia de la ciudad desde su fundación, así como personajes famosos locales (aparte de Mozart, claro!). Como al salir del museo había empezado a llover de forma bastante consistente, cogimos el primer autobús que pasó para la estación central y poder coger así el tren de vuelta.

Senderismo urbano

Si queremos algo de naturaleza, Salzburgo también nos ofrece la Kapuzinenberg. Se trata de una montaña en el corazón de la ciudad que nos permite hacer un poco de senderismo: pero que no os engañe el hecho que esté en plena ciudad, no es una ruta para ir con sandalias propias del verano!

Hay un primer tramo asfaltado hasta que llegamos al monasterio capuchino, desde donde se pueden hacer fotos buenas de todo el conjunto del casco antiguo de Salzburgo y la subida no es muy complicada aunque un poco empinada:

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En este punto es cuando comienza el bosque, y dejamos atrás la civilización. Desde aquí, y junto a un busto conmemorativo de Mozart (qué raro… algo de Mozart en esta ciudad!), se abren ante nosotros tres caminos. Uno a la derecha desde el cual pensábamos que se harían las mejores fotos de la fortaleza (¡craso error!), uno en el centro con un montón de escaleras y uno a la izquierda totalmente pavimentado que nos lleva hasta Franziskischlössl. Como ibamos cargando con el peque, decidimos no ir hasta el final del castillo y tomamos el camino de la derecha: unas cuantas fotos y nos volvemos.

Pero el camino cada vez se hacía más complicado y complicado. Así hasta que llegamos a una muralla al lado de la cual había una serie interminable de escalones de madera en el mismo bosque. Y tan interminable, ya que en los últimos escalones se podía ver una numeración que terminaba en 850… Cual fue nuestra sorpresa cuando nos encontramos ante Franziskischlössl, justamente el sitio al que no ibamos a ir por hacer una «excursión rápida». Eso sí, las vistas desde aquí son impresionantes:

PANO_Kapuzinenberg_2

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