Buenas Geeks! En la entrada de hoy vamos a tomar un desvío de la naturaleza para una visita cultural. Tal y como hicimos en las entradas de Bamberg, Salzbugo o Regensburg. Qué mejor que una escapada a un sitio tranquilo en el que pasar un agradable día de fin de semana: Kelheim. Se trata de un pueblo en la Baviera rural, a unos 100 km de Múnich, situado a la orilla del Danubio y relativamente cerca de Regensburg. El pueblo en sí es más bien pequeñito, pero que posee una particularidad que lo hace especialmente interesante. Posee un monumento que se alza majestuoso en la orilla del Danubio, la Befreiungshalle.

Kelheim

A pesar del tiempo horroroso que estaba haciendo en Munich (una niebla horrible), a medida que nos ibamos acercando a Kelheim el tiempo se volvía mucho mejor. No sé si será por la presencia del Danubio, pero pasamos de tener un día bastante feo a disfrutar de un soleado día de invierno. Para llegar en coche, lo más rápido es coger la A9 dirección norte (Nuremberg) y coger la A93 en dirección Regensburg/Praga. En esta ocasión, llegar hasta aquí en transporte público es bastante más complicado, por lo que recomiendo que usemos coche.

Como hemos indicado anteriormente, lo más destacable del pueblo es el Befreiungshalle (Sala de la Liberación), un impresionante monumento en lo alto de una colina que domina la unión entre el Danubio y su canal con el Meno (Main-Donau-Kanal). Su entrada cuesta 3,50€ y merece la pena, ya que nos permite subir mediante unas escaleras hasta la parte superior, perfecto para unas impresionantes vistas del Danubio. Fue construido por el rey Luis I de Baviera, al igual que el Walhalla de Regensburg. Ambos claramente inspirados por la arquitectura griega.Si tenemos más tiempo, se puede comprar una entrada combinada al castillo de Prunn, pero esta vez decidimos que pospondríamos la visita a otro día.

Befreiungshalle

Para llegar a lo alto de la colina tenemos dos opciones: o bien subimos directamente con el coche, o vamos andando. La caminata en sí no es muy complicada, aproximadamente dos kilómetros y algo menos de 100 m de ascensión. Sin embargo, como íbamos con gente que no podía andar demasiado bien, decidimos la opción de subir en coche. En este caso, hay un aparcamiento arriba, directamente al lado del monumento:

Kelheim
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Una vez abajo en el pueblo, podemos dejar el coche gratis durante 2 horas en un aparcamiento muy cerca del casco antiguo. Como curiosidad, para entrar al pueblo se puede usar una de las 3 puertas originales del recinto amurallado de la antigua ciudad:

Kelheim

Y para reponer fuerzas, podemos parar en uno de los restaurantes de la zona: el Gasthof «Weißes Lamm» donde degustar los platos bávaros más tipicos y en caso que lo deseemos, podemos pasar la noche a un precio no demasiado alto.

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